Algunos podrían decir que es un paso muy prematuro que está dando Telegram. Sin embargo, se puede argumentar a su favor que el camino hacia el éxito está lleno de riesgos y amenazas. Esta aplicación ha convivido con estos factores desde el comienzo, tanto por la competencia feroz en la industria, como por las persecuciones que los gobiernos hacen a los usuarios.
Telegram ha ido ganando espacio entre el público, principalmente por la estabilidad, amplitud de servicios en línea y algo más de libertad de expresión, respecto a sus competidores.
La incorporación de aplicaciones vinculadas a tecnologías de Web3 implica realmente un compromiso con el futuro del internet, sumándose a la tokenización de activos, en este caso, para emojis y stickers. De paso, dando la oportunidad de que los creadores de arte digital puedan diversificar su talento y oferta, al mismo tiempo que los usuarios tendrán la oportunidad de aprovechar las bondades estéticas de la web3, con moderación, pero asimilando la nueva realidad digital que ya está en curso.
La vanguardia de Telegram está subiendo el nivel de apuestas del mercado de aplicaciones de comunicación on line, poniendo presión a los rivales, que aún esperan que las regulaciones y normativas los resguarden arbitrariamente, para tener mayor ventajas frente a los clientes y resto de competidores.
Cabe recordar que el libre mercado implica enfrentar los desafíos en un medio ambiente que exige a los oferentes proporcionar los mejores productos y servicios, de la forma más eficiente, efectiva y competente posible, son la necesidad de tener que usar influencias extra mercantiles para asegurar un trozo del mercado.
Cuando se abren espacios para los emprendedores del mundo, ¡Bienvenidos sean!