El ámbito web3 de BlackRock significa un cambio fundamental en la postura del CEO Larry Fink, desde el total escepticismo hacia la defensa de la tokenización mediante la blockchain, para revolucionar la eficiencia y el acceso financieros.
La tokenización de los RWA convierte los derechos de diversos activos, desde bonos y acciones hasta bienes inmuebles y culturales, en tokens digitales basados en blockchain. Esta innovación facilita mayor liquidez, testimonio de propiedad y transparencia, con el objetivo de transparentar los medios de inversión, que tradicionalmente han resultado inabordables para la mayoría de las personas.
En marzo de 2024, BlackRock anunció el lanzamiento de su primer fondo tokenizado emitido en una cadena de bloques Ethereum, el BlackRock USD Institutional Digital Liquidity Fund. “Esta es la última progresión de nuestra estrategia de activos digitales”, dijo Robert Mitchnick[4], director de activos digitales de BlackRock. “Estamos enfocados en desarrollar soluciones en el espacio de activos digitales que ayuden a resolver problemas reales para nuestros clientes, y estamos entusiasmados de trabajar con Securitize”. La asociación subraya el enfoque estratégico de BlackRock en la tecnología como palanca de crecimiento, en consonancia con sus importantes participaciones en gigantes tecnológicos y su cartera de activos de 10 billones de dólares.
La tokenización inmobiliaria, en la que BlackRock gestiona alrededor de USD 39,000 millones en activos, promete redefinir la inversión inmobiliaria. La tokenización, mediante el uso de tokens de seguridad y utilidad, que también busca mejorar la liquidez y la accesibilidad del mercado, permitiendo la propiedad fraccionada y aportando un nuevo nivel de fluidez y flexibilidad a la inversión inmobiliaria.
Así, los tokens de utilidad sirven como representación de la propiedad de todo el activo. Dicho token es similar a una vivienda unifamiliar, no es un valor per se, por lo que no es necesario presentar la oferta ante la SEC o Comisión de Mercado de Valores. Normalmente se denomina NFT o RWA NFT. Más aún, el NFT podría fragmentarse más, lo que convertiría esas acciones en valores.
Ambos tipos de tokenización de RWA requieren una verificación KYC/AML para las billeteras que participan en la adquisición de activos, para cumplir con las leyes de valores y, en este ejemplo, relacionadas con bienes raíces.
KYC quiere decir Know Your Customer (Conoce a tu Cliente). Es un requisito legal para ciertos negocios que los obliga a conocer y confirmar las identidades de los usuarios y clientes. Mientras tanto, AML quiere decir Anti Money-Laundering (Anti Lavado de Dinero). También es un requisito legal de negocios para aprender más sobre sus usuarios y clientes y la fuente de sus fondos.